Hoy voy a hablar de otro negocio en el que caemos los inocentes, como habréis supuesto por el titulo y luego comprobado por la imagen se trata de los juegos de la once, la Organización Nacional Ciegos España, que aunque se define a si misma como una organización sin animo de lucro, a través de sus juegos populares, desde el archifamoso cupón o igual, hasta los rascas, que ahora ya se venden hasta en estancos, mueve cantidades grandes de dinero.
Los máximos culpables, somos nosotros que compramos sus boletos movidos más por la codicia o la desesperación, que por ayudar a los pobres ciegos o a los que tiene una minusvalía. También es cierto que sus campañas publicitarias nos incitan a comprar vendiéndonos el sueño de que cualquier día puede cambiar tu vida gracias a sus golosos premios.
Pero la realidad es bien distinta, lo que pasa es cada día estas más malhumorado por haberte gastado cierta cantidad de dinero sin haber obtenido ningún beneficio. Cada día nos volvemos más escépticos en lo referente a todo. Y con el paso del tiempo perdemos la poca ilusión que nos queda.
Esperemos que sea cierto que con el dinero recaudado sea para ayudar a la gente con minusvalía, y que después de todo no sea dinero perdido en el bolsillo de algún empresario millonario. Esperemos que con ese dinero se le devuelva la ilusión por la vida a algún invidente.
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